Amelia y Adriana
Distrito Federal
“Un día soñé que tenía dos niñas; una se llamaba Amelia y la otra Adriana. Y así les nombré”
Al inicio de mi embarazo acudí con un ginecólogo para que siguiera mi caso. En la semana trece tenía acidez y vómito constantes. Había perdido cinco kilogramos y estaba muy preocupada. Mi médico me dijo que mis síntomas eran normales pero yo seguía inquieta.
Consulté a varios especialistas. Con uno de ellos, incluso, descubrí que estaba esperando gemelas, cosa que hasta entonces desconocía. Luego de muchos estudios supimos que estaban conectadas entre sí de modo que no permitían una el crecimiento adecuado de la otra. Los médicos llaman a este padecimiento, restricción de crecimiento selectivo y las expectativas de vida son muy pocas para ambos bebés. O bien puede morir uno y nacer enfermo el otro, o morir ambos dentro del vientre materno.
A la semana 26, en un momento crucial del embarazo, el Dr. Cruz llevó a cabo una cirugía para ‘desconectar’ el vaso arterial que comunicaba a las gemelas y así permitir que se desarrollaran correctamente.
A las 37 semanas nacieron Amelia y Adriana. Por dos semanas Amelia es la mayor; su peso fue normal y su salud no se vio afectada por su padecimiento fetal. Adriana, la menor, estuvo un par de semanas en incubadora y luego pudimos llevarla a casa. El día de hoy, mis dos hijas gozan de buena salud, acaban de cumplir tres meses y son mucho más de lo que soñé.