Testimonios

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Contigo a cada paso

Contigo a cada paso

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Amelia y Adriana

Amelia y AdrianaDistrito Federal

Rodrigo

RodrigoMonterrey, Nuevo León

Jesús

JesúsGuanajuato, Gto.

“Un día soñé que tenía dos niñas; una se llamaba Amelia y la otra Adriana. Y así les nombré”

Amelia y AdrianaDistrito Federal

Al inicio de mi embarazo acudí con un ginecólogo para que siguiera mi caso. En la semana trece tenía acidez y vómito constantes. Había perdido cinco kilogramos y estaba muy preocupada. Mi médico me dijo que mis síntomas eran normales pero yo seguía inquieta.

Consulté a varios especialistas. Con uno de ellos, incluso, descubrí que estaba esperando gemelas, cosa que hasta entonces desconocía. Luego de muchos estudios supimos que estaban conectadas entre sí de modo que no permitían una el crecimiento adecuado de la otra. Los médicos llaman a este padecimiento, restricción de crecimiento selectivo y las expectativas de vida son muy pocas para ambos bebés. O bien puede morir uno y nacer enfermo el otro, o morir ambos dentro del vientre materno.

“Pienso que cada vez más personas deberían saber que existe la medicina fetal, que pueden salvar a sus bebés. Estoy muy agradecida con el doctor Cruz”

RodrigoMonterrey, Nuevo León

A los cuatro meses de mi embarazo, recibí la noticia de que mi bebé tenía un problema en el corazón. Mi doctor de cabecera me dijo que muy probablemente moriría al nacer porque su corazón no se había desarrollado lo suficiente para bombear sangre adecuadamente. Además, me dijo que no podía atenderlo porque él no era especialista en cirugía fetal.

En Monterrey no hay un solo especialista en este tipo de cirugía y por medio de mi médico me puse en contacto con el Dr. Rogelio Cruz en la Ciudad de México; viajé allá y le expuse mi caso. Él me revisó y me dijo que podía operar a mi bebé dentro de mi vientre para que siguiera desarrollándose y naciera a término sin ningún problema.

Al principio desconfié de él porque me parecía irreal que me ofreciera una solución así cuando otros médicos me habían dado tan pocas esperanzas. Volví a Monterrey y una semana después recibí una llamada del Dr. Cruz alertándome de que entre más tiempo pasara menores eran las probabilidades de corregir la enfermedad de Rodrigo. Platiqué con mi esposo y juntos decidimos autorizar la cirugía.

El 26 de mayo de 2012, en la ciudad de Querétaro, el doctor Cruz operó al bebé y, salvo algunas complicaciones, todo fue bastante rápido y al tercer día estaba de regreso en Monterrey.

Rodrigo nació el 5 de septiembre de 2012 y no presentó ningún problema hasta la fecha. Recuerdo que los médicos y las enfermeras lo iban a ver porque no podían creer que estuviera vivo. Este septiembre cumple dos años.

“Jesús nació el 25 de diciembre de 2012 y no requirió oxígeno ni más procedimientos. Este año cumple dos y no hay mejor compañero de juegos para su hermano mayor; Gabriel.”

JesúsGuanajuato, Gto.

A los seis meses de embarazo empecé a tener síntomas que no había experimentado nunca, ni en mi anterior embarazo. Sentía un dolor en los costados y me preocupé a pesar de que mi ginecólogo insistía en que todo era normal.

Pedí una segunda opinión y el médico tratante me dijo que era muy probable que mi bebé tuviera ‘líquido en los pulmones’ pero que él no podía tratarlo así que me pondría en contacto con el Dr. Cruz.

El diagnóstico fue secuestro broncopulmonar, fallo cardíaco y las expectativas de vida sin tratamiento completamente inexistentes.

Afortunadamente el Dr. Cruz me dio la confianza en que podía corregirlo. Después de tres cirugías, finalmente el tumor pulmonar empezó a disminuir y el corazón de mi bebé empezó a latir normalmente.